¿Qué es la polinización?
La polinización es el proceso mediante el cual el polen que se acumula en las piernas y el cuerpo de las abejas es transferido desde el órgano floral masculino de unas flores hasta el órgano floral femenino de otras flores
El órgano floral masculino es el estambre y el femenino, el estigma, y en el proceso ocurren la germinación y la fecundación de los óvulos de la flor, lo que lleva a la producción de los frutos y, dentro de estos, de las semillas.
Esto quiere decir que la polinización es el paso previo a la fecundación de las flores. La polinización la realizan una serie de seres o elementos a los que se les conoce como agentes polinizadores o vectores de polinización. Los hay abióticos, como el agua y el viento, o bióticos (animales).
Estos elementos buscan las flores para alimento, pero una serie de olores y colores atrayentes los conquistan y, en el momento de hurgar dentro de ellas, se impregnan de polen que, después, trasladan a otras flores, produciéndose de esa manera la polinización.
La polinización también se puede realizar de manera artificial por la mano del hombre, pero se da el caso de plantas que realizan la transferencia por sus propios medios.
Los agentes más connotados de este proceso maravilloso son las abejas, del orden de los himenópteros, aunque en estos pasos también actúan las moscas (dípteros), escarabajos (coleópteros) y mariposas y polillas (lepidópteros), además de algunas aves y murciélagos que, a pesar de su feo aspecto, se mueren por el alimento de las flores.
Podemos clasificar a las flores de acuerdo a su rol en la polinización, pues las hay generalistas, que responden a distintos tipos de agentes polinizadores, y especialistas, que solo pueden ser polinizadas por un tipo especial de agentes.
¿Por qué las abejas son un buen medio para polinizar las plantas?
Las abejas son agentes polinizadores por naturaleza, porque todas sus especies están capacitadas para hacerlo, tanto que son el principal tipo polinizador de los ecosistemas que tienen plantas con flores.
Se estima que un tercio de la alimentación en el mundo depende de la polinización realizada por insectos, la mayoría de ellos por abejas, como la abeja de miel doméstica europea.
Las abejas melíferas bajo manejo en apiarios, o conjunto de colmenas que pertenecen a un apicultor, son las polinizadoras principales en cultivos comerciales de plantas con flores, pero las abejas silvestres también actúan como agentes polinizadores.
¿Cómo llevan a cabo las abejas el proceso de polinización?
La mayoría de las abejas contienen una carga electrostática que ayuda en la adhesión del polen en sus patas y el cuerpo. Por eso se centran en la recolección del néctar o del polen, convirtiéndose en las polinizadoras más eficientes.
Muchas abejas, cazadoras oportunistas, recogen el polen de variedad de plantas, pero otras solo lo hacen en pocos tipos de especies que producen aceites florales nutritivos recolectados por ellas.
¿Por qué las abejas son importantes en la polinización?
La importancia de las abejas en la polinización está fuera de duda porque son las más eficientes en este trabajo; de hecho, el 25% de cultivos de Estados Unidos son polinizados por abejas nativas y el 75% restante por abejas melíferas europeas y africanas.
La polinización es fundamental por el bienestar que aporta a los ecosistemas terrestres en la producción de semillas y frutos de plantas con flores.
Tanto es así que la biodiversidad se ve afectada seriamente en aquellos sitios de expansión agrícola donde no se ha garantizado la polinización, lo cual nos hace ver la importancia de los agentes polinizadores para mantener un sistema agrícola sustentable y preservar los ecosistemas naturales.
Los agentes polinizadores, como las abejas, son los que garantizan la producción de alimentos para la supervivencia del ser humano; sin ellos, sería difícil la vida y la diversidad del paisaje.
La polinización mejora la nutrición, pues muchos de los alimentos que consumimos a diario necesitan de una polinización adecuada.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en aquellos sitios donde la polinización se gestionó en forma adecuada, la producción aumentó un 24%.
¿Cómo aumentar la polinización por parte de las abejas?
En la actualidad hay preocupación por la disminución de agentes polinizadores, en especial de las abejas, debido a la proliferación de monocultivos de poca diversidad, la intensificación de la agricultura, la contaminación ambiental y el cambio climático.
Eso afecta a la población de polinizadores por la escasez de sus proveedores de alimentos, la desaparición de lugares para la nidificación o construcción de los nidos de las aves, y el ataque constante a las colmenas de abejas.
Los polinizadores hacen un aporte monetario al ecosistema global de 150 mil millones de euros al año, por lo que es fácil comprender la preocupación que existe por su disminución.
Para hacer frente al problema, en los últimos años se ha puesto en práctica un proyecto global llamado Operation Pollinator, programa de biodiversidad que consiste en aumentar el número de insectos polinizadores en los sectores agrícolas.
Este programa busca proteger y mejorar la biodiversidad, para producir de manera sostenible alimentos sanos, seguros y asequibles.
El programa ha creado hábitats, donde se han elegido especies de floración continua que representan atracción y aporte de alimentos para los polinizadores.
Esos hábitats han sido construidos en campos de producción y granjas, que proporcionan nidos y recursos alimenticios para los vectores polinizadores, asegurando, así, una agricultura sostenible y un equilibrio ambiental.
¿Qué afecta negativamente a la polinización de las abejas?
El invierno es uno de los principales enemigos de las abejas, porque desaparecen el 25% de estas especies, pero hay lugares donde disminuyen hasta en un 50%.
Sin embargo, hay otras causas de afectación de las colonias, como los pesticidas que se usan en el tratamiento de semillas.
Aunque estos productos químicos son útiles para proteger de insectos dañinos a las plantas, en igual medida conspiran contra los polinizadores, como las abejas.
Por eso, se han puesto en práctica campañas para disminuir el uso de los pesticidas mediante la intervención de productos ecológicos que no dañen a las abejas u otros insectos polinizadores.
Asimismo, la deforestación y la urbanización de zonas muy amplias, contribuyen a la destrucción del hábitat de las abejas.
Otro de los problemas es la pérdida de hábitats ricos en flores. Las abejas dependen de las flores para alimentarse, de manera que la disminución de este tipo de ecosistema las afecta considerablemente.
El problema es tan grave que se calcula que en las últimas décadas, al tiempo que han aumentado los sistemas agrícolas, se ha producido una disminución considerable de la abundancia y diversidad de las flores silvestres.
Fuente original: https://laregaderaverde.com/la-polinizacion/